24/10/10

En una vida Erasmus sufres dos principales estados que se repiten ciclicamente hasta el final de tu vida Erasmus. como si de liquido-solido-gaseoso se tratase:

Por un lado las Ganas y por el otro el Miedo:

Ganas de irte de Erasmus
Miedo a irte de Erasmus
Ganas de comerte el mundo
Miedo a que el mundo te coma
Ganas de hablarle a todas las personas que te encuentras por la calle
Miedo a que las personas te pidan tan siquiera la hora
Ganas de ir a clase
Miedo a qué pasará si no vas a clase
Ganas de saborear las diferentes culturas
Miedo a qué comida pondrán al día siguiente en el Restaurante Universitario.
Ganas de viajar
Miedo a la bronca de tus padres por el dinero gastado
Ganas de correr mil aventuras
Miedo a dónde acabaran esas aventuras

Pero hay una acción en la que nunca se da esta ley erasmustil

C'est la fête!



Vive la soirée!!!

12/10/10

Paris Oh La Là!

Desde que bajas del tren en la Gare de Montparnasse, o en cualquier otra gare, ya sientes el ambiente parisino.  El París de película con su emblemática Tour Eiffel y sus pintadas de los románticos, el Moulin Rouge donde Ewan McGregor enamora a Nicole Kidman, los Champs-Elysées y todos sus cánticos revolucionarios, l'Arc de Triomphe construido por Napoleón tras una de sus múltiples victorias...


Pero digamos que nuestro viaje no estaba impregnado de ese ambiente parisino. Para empezar, nuestro viaje arribó a Saint Dennis, barrio de la “banlieu” conocido por sus “voleurs”.  Con 10º y una humedad del 100% llegamos en un Seat Málaga y aparcamos en un hotel Fórmula 1, dónde el mejor de los camioneros tenía dos dientes. Como llegamos por la noche, tocaba saludar al Sr. Moscateur, amigo que nos acompaña en todas las “soirées”. Después de una larga noche entre gente extraña, gente pocha, gente deportista, gente saltarina (también llamadas patosas) vino la gran amante del Sr. Moscateur, la Sra. Resaca. Con lluvia, con mucha lluvia, recorrimos todo París. El resto del viaje se puede resumir en tan solo dos palabras: De Película.

Muchas personas utilizan esta expresión, mucha gente pasa fines de semanas de película, o noches o, simplemente, un día. Pero creo que muy poca gente pudo sentir lo que sentíamos nosotros. Cuando el Malaguita aparcó en Villejean Alsace (cuchitril donde habitamos), la tristeza fue el maquillaje de todos y nadie quería decirle adiós al Malaguita. Es más que una película, en una película la gente se agolpa en el pasillo por irse, nosotros no: no queríamos irnos, no queríamos que esta historia se acabase.

Por muchas palabras que pueda escribir, no os puedo transmitir todo lo vivido, ni la mejor de las películas lo haría.  Ni Almodóvar, ni Jean Pierre Jeanet, podrían filmar lo que vivimos. Nino Quincampoix bajaba corriendo por las escaleras del Sacre Coeur en busca de esa extraña chica llamada Amelie que le dejaba su álbum. Pues en nuestra película también hacemos un spring por las escaleras del Coeur de la France, pero en este caso la secuencia es mejor, tres atletas intentan ver quien sube antes todas esas escaleras. Primer podium: Perri. 

Películas como La haine, Gran Torino, etc. se  quedan cortas para mostrar la gran Banlieu. De miedo, intrigante, respetada  pero Gran, Gran Gran Banlieu. Y ¿qué me decís de lo siguiente? Imaginaos por un momento algo que sea legendario para vosotros (y no seáis como Barney Stinson, para quien todo es legendario). Imaginaos unir las mejores cosas del pasado con las mejores cosas del presente para guardar siempre ese recuerdo en el futuro y ahora respondedme: ¿No es legendario beber en la Tour Eiffel, estar con Moscateur en la puerta del Louvre y mirar las estrellas con la amiga Resaca en Notre-Dame?

No quiero escuchar la respuesta...VIVIDLO, porque como pasa con las mejores películas, la realidad supera a la ficción.


Malaguita, je t'aime.

5/10/10

Notre petite histoire

Como si de los grandes se tratase, nos vamos a presentar con un poco de contexto…

Decía Julian Greimas, un gran amigo semiótico, allá por 1930, que todas las historias tenían una estructura interna muy compleja formada por estados, actantes, cambios, sujetos, etc…pero toda esta complejidad se puede resumir en tan sólo dos tipos de historias: Historias de ganar o perder.

Y ahora os presento a Petruska. En principio se puede pensar que su vida es un poco negativa (de perder, si nos ponemos greimanos) ya que es un joven que, por celos, acabó muerto. Pero hay que descubrir toda la vida de Petruska para poder darse cuenta de su verdadera historia: Petruska era una joven marioneta de paja y serrín que cobra vida y la capacidad de sentir... ¿es o no es ganar?

Y aquí es donde estamos nosotras. Nos llamamos Petrouskas porque, aunque no seamos marionetas o aunque no hayamos nacido en los 1800, nos ponemos el mejor de nuestros trajes, el traje de paja y serrín llamado actualmente ERASMUS, y, como petrouskianas que somos, cobramos vida.

La historia no se remonta a San Petersburgo como nuestro amigo Petruska, esta historia está en Rennes, ciudad “très Jolie” del noroeste de Francia. Tampoco tenemos una feria de carnaval donde se reúnan los amigos de Petruska: el mago, el moro, el charlatán, la bailarina…pero en Rennes hay algo mejor… Tenemos la Rue de la Soif donde un mago francés echa pimienta para crear ilusiones inolvidables, asturianas que con moscato y un fular se convierten en unas preciosas musulmanas…tenemos bailarinas vascas que se pierden por la ciudad en busca de sus mejores pasos, charlatanas gallegas enamoradas de los cánticos por la patria…

Y sólo es el comienzo de una historia. Una historia que no solo se va a ganar…se va a superar.


À Bientôt!